O meu amigo Cundino
GANDIA 01-30-2005 (Fecha del escrito)
Ahora que estamos en épocas de Carnavales, os voy a contar una pequeña historia, en homenaje a uno de los Grandes Animadores de los Carnavales de nuestro pueblo CEA, sabéis quien es : “EL CUNDINO”, este hombre cuando los carnavales de CEA tenían un gran ambiente, allí estaba el, cuando los carnavales, casi desaparecieron, allí estaba el, y el organizaba sus propios Carnavales, con su mula y dos o tres chavales se ponía en marcha y animaba los Carnavales, alguien se acuerda cuando entre montado en su mula adornada en el bar del Sr. Dámaso (en la plaza de CEA), como recorría los pueblos de a Grela, Cobas, Bustelo, Freas, Oseira..... Etc...con su pequeña comitiva Carnavalesca. No sé, si hoy sigue participando en los Carnavales de CEA, pero conociendo a este hombre como lo conozco, me extraña mucho que no sea así. Creo que a él (quizás también a alguien más, podría recordar o Angelito, Valentín, Benito.... asiduos en la comitiva del Cundino) se debe que los Carnavales en CEA sigan vivos.
Pero la historia que yo os quiero contar, aunque os parecerá Carnavalesca, no lo es, si no que es real como la vida misma, sabéis que yo, como vecino que soy de este hombre, me crie allí a su lado, por las tardes cuando el sacrificaba los terneros, allí estaba yo para ver como lo hacía, yo le ayudaba ( lo recuerdo, a tirarle de la piel del ternero para el poder abrirlo, cuando sacaba la “molexa” me pegaba con ella en la narices para mancharme, y hacerme rabiar) el me llevaba a última hora de la tarde a guardar la mula, a salar los cueros a la Parapeta, donde el guardaba la mula y tenía una habitación para salar los cueros, yo le limpiaba los zapatos cuando se preparaba para ir a ver a su novia “ Su Julia”, yo conocía su casa como la mía, pasaba muchas horas con ellos, con su madre Isaura y su hermana Sarita, bueno en una palabra yo era su “Lazarillo” yo tendría entre8/9 o 10 años.
Esta historia no la conoce nadie, pero aunque para los jóvenes os parezca increíble, la gente de mi edad, aunque no la vieron, sabrán que es cierto, pues saben lo que él hacía, y para los más jóvenes, que os parecerá increíble, podéis aprovechar y preguntar al “CUNDINO” que os lo corrobore. Ni sus hijos la conocen, estos espero que si la leen, se sientan muy orgullosos de su padre y de lo mucho que este hombre ha trabajado, para que ellos hoy puedan disfrutar de todo lo que les rodea
Al principio (de mi recuerdo) el “CUNDINO” iba a comprar los teneros en su mula y los traía, a veces uno, dos y a veces tres o más atados a la mula (Si esta mula viviera hoy y nos pudiera contar las historias que vivió en compañía de nuestro protagonista, sería algo increíble). Después de la mula compro una moto LAMBRETA, esta moto tenia atrás un portaequipajes ancho, del tamaño de la rueda, puesto que era donde iba la rueda de repuesto, y después se compró un pequeño remolque con dos ruedas, para enganchar a la moto y traer en el a los terneros que compraba (antes eran mucho más pequeñitos que los que se sacrifican hoy). En esta moto me llevo a una feria de Lalin, era la primera vez que yo subía a una moto, no sabéis el montón de broncas que me hecho hasta llegar a Lalin, puesto que yo en las curva tenía miedo y me tumbaba al lado contrario de la curva y lo desequilibraba, os acordáis el montón de curvas que tenía esta carretera, pues cada curva era una bronca, pero bueno a la vuelta creo que ya me comporte mejor y entonces ya me seguía llevando con él a comprar y a buscar terneros.
Una tarde me llevo con él a comprar y traer terneros a los pueblos que hay al pasar de Oseira, nos fuimos con la moto y el remolque (todo esto creo que estaba prohibido, por ello nos teníamos que cuidar que no nos viera la Guardia Civil) bueno esa tarde compro tres terneros y los pusimos, con las patas atadas en el remolque, uno lo cargamos en un pueblo y los otros en otros, pero al final traíamos tres en el remolque y yo y el en la moto, pero antes de llegar a Oseira, faltarían dos o tres kilómetros, los terneros, al ir amontonados, se nos ahogaban y entonces nos paramos y el tomo la decisión de sacar del remolque el más pequeño, lo puso en la cuneta de la carretera y me dijo: “ quédate aquí con el ternero, que yo voy a llevar estos a Freas y vuelvo a por vosotros”, os podéis imaginar yo con 8 o 9 años ya estaba oscureciendo, y allí solo sentado en la cuneta de la carretera con el ternero (con las piernas atadas) a mis pies, os puedo asegurar que pase muchísimo miedo, por allí no pasaba nadie, era de noche, el único ruido que se oía era el de los lobos o perros en la lejanía, más miedo al oírlos, y no se veía ninguna luz de ningún pueblo, yo estaba allí acurrucado en un rebaje que hacia la montaña y pendiente de si veía alguna luz por la carretera, para ver si venia el “CUNDINO” al poco rato vi una luz a lo lejos, pero esa luz nuca llego a donde yo estaba, pues creo que era el coche de línea “EL MARCA” que llegaba a Oseira, por eso que deberían ser las ocho o las ocho y media de la tarde, que creo que era cuando este autobús llegaba a Oseira.
Más tarde, por fin llego el “CUNDINO”, pero cuál fue mi sorpresa, que llego solo con la moto y sin el remolque y yo le pregunté:¿cómo vamos a llevar el ternero? y él me dice : tu tranquilo, se pone la moto en los pies de apoyo, cogemos el ternero, lo pone en el portaequipajes de la moto, colgando un poco para cada lado, me monta a mi mirando para tras(ósea en sentido contrario de la marcha) y sujetando con las manos al ternero, no sé si habréis viajado en una moto sentados así, no lo hagáis, es peligroso y además se pasa fatal, yo os puedo asegurar que pase mucho miedo hasta que llegamos a Freas, allí tenía en una cuadra los otros dos terneros, y allí los volvimos a poner todos en el remolque y de camino hacia CEA, pero esta vez me coloco a mí en el remolque con los terneros, os podéis imaginar, por la carretera vieja, con las curvas que había y con los saltos que daba el remolque, como venía yo, menos mal que de Freas a CEA el trayecto era corto, pero la odisea fue de campeonato, bien pues llegamos a CEA y todavía se puso a sacrificar un ternero, para al día siguiente tener carne para sus clientes.
Después de la época de la moto, este hombre siguió creciendo (a base de muchísimo trabajo y no menos ingenio) y se compró un coche, creo recordar que era un R-8 o R-10, azul, bueno este ya era un coche ósea un turismo con cinco plazas (lo aclaro por los que no llegaron a conocer este modelo) ósea que no era ninguna furgoneta, que sería lo más ideal para el tipo de negocio que este hombre tenía, pero no él se compró un turismo y este turismo muy pronto fue también el medio de transporte que utilizo para traer los terneros que compraba, pues le sacaba los asientos de atrás y en el sitio que ocupaban los asientos el metía a los terneros con las piernas atadas, después de este utilitario, ya se compró otro mejor, que ya no maltrataba tanto y después ya fueron furgonetas, camión y así hasta nuestros días y de los cuales sigue disfrutando en nuestro pueblo en compañía de su familia.
CUNDINO, esta pequeña anécdota o historia ha sido escrita y contada con cariño por un amigo que te aprecia, te admira y para mostrar a los jóvenes lo mucho que hay que sufrir e ingeniarse para llegar a alcanzar, poco a poco, los objetivos marcados por cada uno.
Arturo Vázquez.